Una experiencia muy positiva que me llevo de la asignatura son los momentos de relajación que teníamos al principio o al final de la mayoría de las sesiones.
Se trataba de un ejercicio de respiración y concentración que se iba haciendo cada vez más complejo a medida que pasaban las clases. Estos momentos de relajación servían para tener una mayor atención durante la clase. Además, se trata de una herramienta que, con práctica, ayuda a relajarte en cualquier momento y en cualquier lugar. Gracias a estos ejercicios he podido practicar esta técnica en momentos previos a un examen o en casa, cuando estoy estudiando, para sentirme más tranquila y con los músculos relajados.
También he pensado que poder tener un momento de relajación al día es una experiencia que se debería fomentar en las escuelas. Los niños necesitan de esa tranquilidad para aprender a canalizar sus emociones. Esta actividad se podría realizar después del recreo, para que puedan volver a centrar su atención en el aula. Podría ir acompañada de música para los más pequeños.
A su vez, creo que la relajación es crucial en el día a día de los docentes, ya que a menudo sentimos estrés y cansancio. Poder dedicar unos minutos diarios a oxigenarnos va a ayudar a mejorar nuestro sistema nervioso e incluso nuestro sentido del humor. Al estar tranquilos somos más conscientes de los acontecimientos que nos rodean y tomaremos mejores decisiones.
A continuación, inserto música relajante que podría servir para utilizar con nuestros alumnos, o incluso para nosotros mismos: